El Jardinero S1E01 — Atlantic Landscape

¿Otra serie de crímenes en Netflix? Sí, pero El jardinero tiene algo especial: un asesino sin emociones que descubre el amor justo cuando no debe. Con solo seis episodios y mucha mala leche, esta serie española creada por Miguel Sáez Carral mezcla thriller, drama y romance tóxico en paisajes gallegos de postal. Protagonizada por Álvaro Rico y Cecilia Suárez, El jardinero ya es la nueva obsesión global de Netflix, porque parece que nunca nos cansamos de ver a psicópatas buscando redención. Eso sí, aquí el amor viene con una pala escondida detrás.

Recap del episodio 1 – El mejor abono es un cadáver

Tras años injustamente siendo criticado por hablar de Galicia, me he puesto esta serie para entender el folclore de la tierra de las panderetas, las gaitas, las calderetas y la cobertura de la tarta de Santiago. Porque si algo nos ha enseñado la televisión es que en la tierra de Fariña se cocina que da gusto.

Esta nueva producción de Netflix nos presenta a Elmer, un chico con un nombre más gallego que el botafumeiro, que, debido a un trauma infantil, está insensibilizado. Nada le produce emociones. Es un sociópata, lo cual te viene siempre bien si vas a vivir en Galicia o si vas a ser asesino en serie y no quieres comparaciones con Dexter. Quietiños, que este está insensibilizado porque tuvo una infancia duriña.

De ahí nos vamos a la playa, en la que tenemos a Francis Lorenzo haciendo de policía al estilo Romerales y diciendo que no hay que hacer nada, que las cosas se solucionan solas. Con dos Cigalas. Su compañera dice que es extraño que alguien que se va a bañar en el mar haya doblado la ropa y la haya dejado colocada. Gallegos sí. Ordenados no.

Dice que el agua está muy fría, y la mujer del difunto dice que es un hombre duro. La señora va al invernadero a ver a la señora Jurado, que le dice que su marido ya no será un problema y que olvidó cancelar el mariachi. En realidad solo dice lo primero, y es que… esta mujer lleva en realidad una red de asesinatos que después comete su hijo. Se pone a rezar con el dinero y pide poder volver a México, vender la casa y pagarla. Cecilia Suárez está bastante sobreactuada. Como siempre, vaya.
De eso va la trama: una mujer con un vivero que hace desaparecer gente, y su hijo es el que lleva a cabo los asesinatos.

Por eso Galicia es tan verde. Por el abono.

Vamos a Elmer, que algo le pasa porque la cámara se pone borrosa. Elmer dibuja un paisaje y su madre le dice que es muy bonito; que busque una fotografía de ella en tirantes. Dice que se siente bien ser feliz, aunque el niño dice que cuándo se van a México, que está harto de Galicia, y la madre se pone hecha una furia. La escena pasa de costumbrista a parodia en una cojera de Cecilia Suárez. No tengo nada pillado el tono de la serie.

Vamos a un coche de alguien importante, y lo sabemos porque la que conduce lleva gafas de sol. Vamos a un cementerio, y de ahí a ver a la señora Jurado. Dice que quiere hablar con ella en privado. Resulta que es Sabela Costeira, interpretada por Emma Suárez, que quiere que la persona que mató a su hijo desaparezca. Con esto podrían comprar la casa de México, y con esto será la última.
La persona en cuestión es Violeta (nombre de flor, qué bien traído), que es profesora de niños y buena persona. Se avecina romance y complicaciones porque Elmer no querrá matarla. Lo sé yo. Lo sabes tú. Lo sabemos todos.

Nuestros inspectores Romerales dicen que han detenido la búsqueda, que podría haber sido un depredador, y hablan de tiburones. En Galicia. Dicen que tienen que darle una vuelta.

Vamos a la competición de jardinería, pero Elmer está cada vez más borroso en la imagen y se termina desmayando. Entonces Violeta es la persona que le rescata, porque en Galicia hay una media de 7 personas por pueblo. Ella le dice que conoce un sitio para que le suba el azúcar. Justo. Se enamoran mientras suena música pop y es a mí al que le sube el azúcar.

¿Qué se puede hacer en Galicia si te enamoras? Pues, según la serie, ir a ver el escaparate de una pastelería, ponerte a mirar el sol en primerísimos primeros planos y sentarte en las escaleras de la plaza. Resulta que el sitio ese que ella conocía no es una cafetería ni un bar: son las escaleras empedradas de la plaza. Ella dice que a sus niños esto de los desmayos les pasa todo el rato. Estoy fascinado imaginando todos los colegios gallegos con los niños desmayándose continuamente.

Violeta dice que ha quedado y que llega ya tarde, y le deja en la plaza. Elmer se ha enamorado, y la madre le pregunta si quiere que le saque cita con el doctor. Un poco tremendista, la verdad.

Madre e hijo ven Titanic abrazados en el sofá, y cuando sale la escena de la tabla Elmer no puede más de la mierda que es ese momento, porque DiCaprio entraba perfectamente en la tabla.

¡Flashback con peluca y niño! Elmer imitando las emociones mientras, de adulto, sigue ofendido con el hecho de que DiCaprio se podía haber salvado.

Violeta también rema, pero le cuenta a sus amigas que el chico es bastante mono y gracioso-raro.

Los Romerales están mirando la foto de la ropa doblada en la playa. Aunque él le ha comprado una bola de nieve de un tiburón, se van a por cervezas para que ella le diga que vaya a su casa a follar. Luego la gente preguntará por qué se utiliza Galicia como entrada de los narcos. Es que si este es el plantel de policías, pensando en tiburones, cervezas y follar en horas de servicio, no me extraña que ningún delincuente no se mude ahí. Galicia, el país abierto a cualquier delincuente mientras la policía folla. Maravillosa la escena: dependiendo del plano hay un número diferente de cervezas en la mesa.

Violeta recibe una llamada de un pajillero respirando y dice saber que es Sabela, la madre del hijo que murió. Mientras, Elmer ha ganado el premio a mejor algo de jardinería, y la madre le pide que el discurso se lo dedique a ella. Hay un montón de gente en el jardín a darles la enhorabuena. Todo el pueblo, qué digo el pueblo, media Galicia está ahí, incluida Violeta, que se ha colado para decir hola.

Pero ella no es Ana Guerra: no dice lo bien que le va sola, sino que intenta ligar explicando que tiene un perro y se entiende mejor con él que con el resto de la gente. El perro se llama Milky, que también es un nombre muy del centro de Lugo, precisamente entre la Rúa San Marcos y la Rúa Deputación. Ahí todos se llaman Milky.

Pero hay problemas… La señora Jurado está mirando y le pregunta si tiene algo que contarle, porque les vio platicando y es peligroso, porque ella es el objetivo. Pasamos a un montaje musical de música de impacto y nos vamos con él en la furgoneta siguiendo a la víctima.

El drama. La tensión. Coge un desvío… y… y los subtítulos nos dicen que Milky está ladrando.

El xardineiro se quita las gafas y se acerca a ella, le dice hola, que viene a buscar inspiración, se encuentran y… le ofrece plantar unos semilleros con brotes de castaño. Ella dice que sí, y él se acerca jeringuilla en mano. Cuando va a pincharle con la jeringuilla, ella le besa y le dice que quiere la inyección, pero la de su pantalón.

Se besan.

Milky ladra a lo lejos.

La serie es obvia, los cambios de tonos no están limados y sin embargo tiene mi atención. Veremos.

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