Mía es la Venganza ★ · La Nueva Serie diaria de Telecinco es un fracaso absoluto bastante hortera

Reseña “Mía es la venganza”

Telecinco, serie diaria

Telecinco ha decidido apostar por una nueva serie diaria tras varios años sin hacerlo, desde que tuviese esos exitazos que fueron “Al Salir de Clase” o “Yo soy Bea(a ti te falta Veneno y te sobra corazón). Visto que no puede con el enemigo (A3) y sus series de ficción, han decidido unirse al combate de las tardes con las propias armas. Y pese a que tenía una buena premisa, y que hay ganas de ver a Lydia Bosch en una serie de intriga diaria (¿se acuerda alguien de “Esencia de poder”?) el resultado bordea la linea de la vergüenza ajena cayendo en ella en demasiadas ocasiones.

La serie arranca con un cold opening en el que una chica (Begoña Maestre, la hija de Lydia Bosch en Motivos Personales ahora haciendo de ella en el pasado) conduce desesperada con dos niñas tras un altercado doméstico y conducen bajo una de las nieves más falsas que he visto en mucho tiempo. Es tan cutre el efecto que parece que lo ha hecho Polonia en Eurovision. Al final caen en un lago con el coche y tiene que salvar a una de las niñas. Salva a la suya y deja a la hija de la amiga ahí que se ahogue.

Toda la primera escena me ha dado mucha vergüenza ajena y solo esperaba que no fuese así todo. Por desgracia lo es. “Mía es la venganza” se nota hecha con tres Euros y un sueño. Por desgracia los guionistas debían estar de huelga porque no hay una sola escena en la que los diálogos no te hagan morir por dentro de vergüenza ajena, elevan el cringe hasta límites insospechados en algunas de las escenas más nefastas de la televisión española en abierto.

Nos vamos 20 años en el futuro en un resort de lujo, los Olivos, donde nos presentan mediante un flyer a ella, a la reina de la televisión española, la dueña de toda la elegancia y sofisticación de toda España, Ceuta y Melilla: Lydia Bosch.

Aquí Lydia es ejecutiva, con clientes para su club exclusivo. Well.

El club es un poco como la parcela del pueblo de la amiga y que cuando llegas resulta que lo único exclusivo que tienen son los mosquitos. Es como un White Lotus cutre y hortera, un poco la piscina municipal sin gitanos. Todo luce excesivamente barato y sin gracia. Lydia por cierto es la madre que solo salvó a una de las niñas y que vive perseguida por el pasado.

También conocemos al jefe de mantenimiento, sin camiseta en la primera escena porque… porque puede. Sus escenas son un sinsentido tras otro y de pronto el profesor de tenis le amenaza por haber hablado con una chica que no sabemos quién es. Todo es muy confuso.

También está la hija de Lydia, la CEO (pronunciado CEO y no deletreando o en inglés, así CEO, como Teo), su primera escena diciendo que el uso de las instalaciones es exclusivo para los socios y no para el nuevo empleado montando una escena a gritos entre ellos. Muy de lujo o exclusivo no parece esto. Todo es bastante bochorno y no por el calor porque el cielo no puede ser más gris. Ya podían haber empleado el euro que se gastaron en la nieve falsa en pintar el cielo de azul o algo.

Conocemos el restaurante donde un cliente se marcha porque solo había ido a probar las albóndigas de atún, o algo así. Mi cara de estupefacción se encuentra con la incomodidad, ¿cómo es posible que se haya dado luz verde a semejante guión?

En el restaurante, nuestro protagonista (ya con camiseta) ha ido a arreglar el aire acondicionado en medio del servicio, pero mejor aún dos minutos después está fuera cambiando un cable y creando un accidente a la hija del jefe, que se tropieza con el cable y se tira al suelo como en un sketch de Faemino y Cansado. Lanza hasta todos los papeles al aire en un acto de interpretación recién salida de Noche de Fiesta.

Este hombre debería estar despedido, primero por haber cambiado el aire acondicionado encima de los clientes y luego por tirar de cables creando accidentes. Cuando es despedido el bochorno se eleva, y el que le despide que le han dicho que haga de malo, ¡hasta amenazan con llamar a seguridad! Así de la nada y encima le suelta en inglés “Fire, you know”. REAL. Ese es el guión.

La cocinera también se ha ido a un programa de televisión a hacerse famosa (había visto que en esta serie no tenía mucho futuro) y tienen que entrevistar a sustitutas, tras ellas el encargado dice a su confidente “la primera candidata tenía las uñas más largas que Rosalía” Esto empieza a serun festival trash de comedia improvisada. Todos los personajes son increíblemente tremendistas en CADA ESCENA. Están todos enfadados continuamente y con el grado de intensidad por las nubes.

El protagonista ya despedido se va a buscar a alguien que ya no vive ahí “¡busca debajo del puente!” dice la vecina. Y se va debajo del puente literalmente a buscar a vete a saber quién. Que pena que no le ha mandado a freír espárragos porque me hubiese encantado verle con una sartén ahí puesto. Allí, debajo del puente, va a conocer a los malotes que llevan gorro de lana y ropa sport. Son 4. Literalmente. ¿deberían darnos miedo? Además la ropa es del plan Desigual, que no dan pinta de kinkis, de hecho parecen más pijos que los del resort/parcela/Olivos

Tras hacerse pasar por mantenimiento consigue entrar en el despacho de la jefaza y Lydia Bosch se parte de risa cuando le cuenta que ha tirado a su hija en un montón de estiércol. así que le devuelve el trabajo ¿A quién le importa que haya sido un inútil? Aún así cuando da las gracias dice “No, muchas gracias no. Yo no soy de las que da segundas oportunidades, te voy a tener vigilado muy de cerca” Es todo tan intenso y absurdo que decido dejar de buscar sentido porque no supero esta escena y llegan las del restaurante ya rompen por completo cualquier lógica. Además está todo terriblemente mal interpretado, como si los actores estuvieran esperando a que les den la frase para decir la suya.

Cuando pensé que nada podía ir a peor hay un momento que dicen “Bueno, puede ser hetero bisexual o hetero género fluido”… Hay que tener poca idea de orientaciones sexuales y de identidad sexual para crear algo así y dejarlo en una serie. Lo poco que andaba divertido del desastre ahora me ha enfadado, porque ya es lamentable ver en una serie en uno de los canales generalistas ver tratar temas así.

Al final el protagonista es el hermano de la chica que Lydia Bosch dejó ahogarse y llora ante la foto diciendo “Mía es la Venganza” que ya sea que es la frase del título pero está como fatal construida y yo me bajo aquí antes de que me enganche a esta mierda.

Mía es la Venganza es una serie terriblemente mala, fatal escrita, con errores continuos, escenas sin tono definido y sin ningún tipo de lógica. No sé cómo le irá en audiencia, pero a nivel de calidad es un absoluto y completo desastre. Y no sabéis cuánto lo siento porque amo a Lydia Bosch por encima de mis posibilidades.

Vete a verla si... odias el resto de las opciones de la televisión

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