Crítica de El Club de las luchadoras, Amazon Prime

Vamos a hablarlo alto y claro: Bottoms o como la han traducido de manera horriblemente en España “El club de las luchadoras” es la película que no sabías que necesitabas pero que puedes poner en cualquier momento y vas a terminar de mejor humor que cuando la pusiste. Bottoms es la comedia del año y lo hace de manera desenfadada, irreverente y completamente trastornada. 

La película me ha recordado a Booksmart, aunque esta me ha parecido más indie y más loca que aquella. Y sí, aunque parezca mentira es verdad.

La directora de Shiva Baby vuelve a contar con su actriz fetiche que además escribe un guión que está cargado de acidez, cinismo y gags continuos. La película tiene un humor muy particular, pero si es tu humor es imposible no sentirte arrastrado por su agilidad. Es una película con un humor muy negro, negrísimo y que nunca cae en el correctísmo político, imaginaos, hasta hay una escena en la que le lanzan la fruta al gótico y dice “hasta aquí hemos llegado” y saca un cuaderno con un plan sobre como hacer una masacre en el instituto. 

La cinta básicamente son dos pringadas que se definen como el fondo de la escuela, por eso lo de bottoms, porque son gay y no tienen talento. Para eso montan este club de la lucha porque la gente cree que han estado en prisión juvenil y que gracias a sus lecciones van a conseguir saber defenderse de la escuela rival, que tienen un partido final y amenazan con matarles a todos. Fisicamente. De hecho hay nociones a “Wonderers” y que creo que las referencias que he visto no son casuales.

Esto es una mezcla entre “Wet hot American Summer” pasada por el filtro Camp y querer y masticada por la energía de la Generación Z. Y aún así no consigo capturar la anarquía, libertad y locura de una película que ningún estudio quería producir, ningún colegio dio permiso para que se grabase allí y han tenido que filmar en un colegio abandonado y ya solo por eso hay que aplaudir a las almas creativas que han luchado por hacer la cinta de esta manera porque hay momentos realmente salvajes y brutales que no te esperas que la película llegue ahí.

Pero es que ambas actrices y personajes hacen que realmente te preocupes por ellas, por sus personajes y que a pesar de todo lo que sucede, de la linea que crees que la película no va a seguir y que sigue con convicción en su retrato absurdo del mundo, es verdad que entre medias de todo lo que sucede, sus creadoras consiguen que haya credibilidad.

Bottoms es salvaje, descarnada, absurda e irreverente. Pero también es brillante en su anarquía y que funciona perfectamente y construye que veas el mundo a través de ellas. Es tan buena que hace que hasta las lesbianas sean amigables y te caigan bien.